¿Monino o Monina?
Bueno. . . está es la historia de mi gatita se que se llamaba Monina, en realidad era gatito. Pero, es que el veterinario a donde lo llevé para que me dijera si era machito o hembrita me confirmó que era hembrita. Por eso le puse Monina, pero resultó que cuando creció era bien macho. O sea, el veterinario se equivocó, pero ya era demasiado tarde, y por más que quería llamarlo Monino (para salvar la situación) mi gato nunca lo entendió. Total siempre vivió con nombre de hembrita, o sea tuve un gato medio gay (casos de la vida real).
La mayoría de las historias que tengo tienen que ver con los animalitos que he criado alguna vez. Soy muy amante de los gatos, siempre los he recogido, los he tenido en mi casa y han crecido hasta grandes. Su pelaje cambiaba como gatos angoras. Eran tan engreídos que crecían bien vagos, flojos y ociosos. Solo sabían comer y dormir.
Ahora, ya no puedo tener ni uno por los bebes, la pelusa es muy dañino para los niños. Ya criaré aunque sea uno cuando mis hijos sean más grandes. Bueno, a mi Monina la crié desde 1 mes de nacido. Recuerdo que llegó un 19 de octubre del 2000 estuvo más de 4 años con nosotros, era muy especial, hasta hoy la extraño. Era bien chistoso porque el gato del frente de mi casa buscaba a mi Monina para molestarlo, yo tenía que salir a defenderlo. No era justo, que ese gato de la calle venga y le pegue a domicilio a mi gata (mejor dicho a mi gato). Hasta que una quincena de diciembre del 2004 mi Monina nunca más apareció, creo que se lo comieron porque estaba bien gordito. No dudé en buscarlo casa por casa pero. . . nada.
Recuerdo que siempre que llegaba del trabajo escuchaba mi voz y me buscaba, me seguía al cuarto, subía a la cómoda donde está el espejo para que yo le prestara atención. Me acercaba, me abrazaba y me demostraba mucho cariño, yo también retribuía a su cariño (sabía que yo era su mamá y lo adoraba). Hasta hoy recuerdo con mucha tristeza a mi Monina. Nunca jamás la olvidaré. (Ya me puse triste)
Miss Nancy Natalia
English teacher
